Los arqueólogos han descubierto una antigua daga de cristal «mágical de roca en una de las tumbas de Sevilla, España.
Los expertos creen que la antigüedad del artefacto es de hace 5.000 años; podría haber sido un amuleto para una persona adinerada.
La daga mide 20 cm de largo y su vaina y mango son de marfil. Los investigadores señalan que tradicionalmente este tipo de armas eran de piedra. Por esta razón, el artefacto encontrado por los científicos debe considerarse muy valioso.
El cristal de roca simbolizaba la vitalidad para los pueblos antiguos, así como la conexión con los antepasados. Sin embargo, no está claro para qué se hizo la daga de cristal, ya que es bastante frágil.
El arma se encontró en el curso de los trabajos relacionados con la excavación de la necrópolis de Sevilla. Además de la daga, se encontraron en la tumba 10 puntas de flecha y cuatro pequeñas cuchillas, todas ellas de cristal de roca.
Nunca se han encontrado yacimientos de este mineral en España. Los científicos concluyeron que este material fue traído a Sevilla desde lejos. El cristal de roca era una mercancía especial, su valor se equiparaba al del oro.
Los investigadores creen que el propietario de esta daga pudo ser un hombre adinerado que encargó una hoja de cristal de roca. El arma podría subrayar el estatus especial de su propietario.
Según otra versión, la daga podría utilizarse con fines rituales para observar las tradiciones funerarias. En la antigüedad, se creía que el cristal acumula fuerza y trae la victoria. Por este motivo, se han generalizado los amuletos de cristal, que contribuyen a la suerte, el éxito y las victorias.
«Es un material mágico que concentra la energía. Se creía que reunía fuerza y traía la victoria, es decir, el uso no sólo de armas de cristal, sino de algunos amuletos de cristal debía contribuir al éxito, a la suerte, a la victoria», dijo Sergei Zasorin.
El mineral transparente ha sido dotado de propiedades mágicas por todos los pueblos en todas las épocas. Los caballeros franceses ataban trozos de mineral a la espada, creyendo que así aumentaría la potencia de su golpe. Y en el Tíbet, creían que los soldados heridos podían curarse con el cristal.
0 comentarios