Son casi tan antiguos como nuestro sistema solar y pueden haber traído el agua a nuestro planeta.

El nuevo chico de la ciudad

Los antiguos y grandes «asteroides oscuros» que acechan entre Marte y Júpiter podrían ser algunas de las reliquias primordiales más antiguas de los primeros años posteriores a la formación de nuestro sistema solar.

Y ahora, en un intrigante avance, los astrónomos han examinado esos asteroides y han descubierto que contienen agua, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Astronomy. El resultado: una nueva clase de asteroides.

«Estos asteroides son casi tan antiguos como nuestro sistema solar», declaró a Space.com el autor principal, Driss Takir, científico planetario de Astromateriales de la NASA.

De hecho, las rocas espaciales se parecen muchísimo al planeta enano Ceres, conocido por ser el único planeta enano del sistema solar que tiene agua, y mucha, al parecer.

Cere-ously Alike

Utilizando el telescopio infrarrojo de la NASA, los astrónomos descubrieron la composición de estas rocas parecidas a Ceres, arrojando luz sobre sus misteriosos orígenes.

Al igual que Ceres, los asteroides son porosos, lo que significa que «no se calentaron lo suficiente como para transformarse en una estructura rocosa compacta poco después de su formación», explicó en un comunicado de prensa el coautor Vladimir Neumann, geocientífico de la Universidad Técnica de Berlín.

Esto sugiere que los asteroides se formaron inicialmente en las zonas más frías y externas del sistema, y luego fueron atraídos hacia el interior por la gravedad de Júpiter o Saturno.

«Nuestros modelos computacionales muestran que estos asteroides deben haber llegado al cinturón principal de asteroides a través de complejos procesos dinámicos, poco después de su formación en las regiones exteriores del Sistema Solar», añadió Neumann.

Chicos del agua

Pero quizá las implicaciones más interesantes de sus hallazgos se refieran a nuestro propio planeta. Si asteroides tan antiguos de nuestro sistema solar están y han estado repletos de H2O, es una pista convincente a favor de la teoría, cada vez más popular entre los científicos, de que la Tierra obtuvo su agua de los asteroides, o al menos parte de ella.

Al fin y al cabo, si ya se ha demostrado que estos asteroides similares a Ceres son arrastrados hacia el interior hasta nuestro vecino Marte, no es demasiado descabellado imaginarlos bombardeando la Tierra en el pasado.

«Este sería quizás el tipo de objetos que llegaron al sistema solar y trajeron hielo y materia orgánica con ellos», dijo a Mashable Andy Rivkin, astrónomo de John Hopkins que no participó en el estudio. «Sus primos podrían haber chocado contra la Tierra y haber traído algo de eso, además de chocar contra Marte».

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