Al igual que muchas anomalías astronómicas, el nombre dice prácticamente todo lo que hay que saber sobre los «círculos de radio extraños».
Se trata de manchas redondas de emisión de radio que no pueden ser explicadas por objetos o fenómenos conocidos.
Se dieron a conocer hace muy poco tiempo: el primer círculo de este tipo no se descubrió hasta septiembre de 2019, y por el momento solo se conocen cinco círculos de radio.
Estos anillos fantasma son difíciles de estudiar debido a su debilidad, rareza y al hecho de que no aparecen en las bandas ópticas, infrarrojas o de rayos X.
Anteriormente, los astrónomos ni siquiera podían estar seguros de si eran enormes y distantes, o si eran más pequeños y estaban dentro de nuestra propia galaxia.

Observaciones más recientes han ayudado a determinar su tamaño y distancia, descubriendo que los ORCs tienen una anchura de aproximadamente un millón de años luz, lo que los hace unas 16 veces más grandes que la Vía Láctea.
Curiosamente, parecen estar centrados alrededor de galaxias con agujeros negros supermasivos activos en sus núcleos, lo que podría proporcionar pistas sobre su origen.
En un nuevo estudio, los astrónomos examinaron más de cerca el primer ORC descubierto utilizando el radiotelescopio MeerKAT de Sudáfrica para capturar imágenes mucho más detalladas que antes.
Los resultados finales revelaron una estructura compleja que contiene varios círculos interiores y permitieron al equipo crear mapas de polarización de la radiación y de índice espectral.
Con todos estos nuevos datos, los investigadores pudieron formular tres hipótesis principales sobre lo que podría estar creando los extraños círculos de radio.
Pueden ser los restos de enormes explosiones de galaxias en su centro, posiblemente causadas por la fusión de dos agujeros negros supermasivos.
También pueden ser chorros circulares de partículas energéticas expulsadas desde el centro de la galaxia. Por último, podrían ser ondas de choque procedentes de la formación de estrellas en la galaxia.
Como con cualquier misterio, la recopilación de más datos es la clave para desentrañar este misterio cósmico. Radiotelescopios como MeerKAT y ASKAP seguirán vigilando los ORC descubiertos y buscando otros nuevos.
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