La ensalada espacial contiene ingredientes -como semillas de soja, amapola, cebada, col rizada, cacahuetes, boniato y girasol- que podrían cultivarse en naves espaciales y proporcionar una nutrición óptima a los astronautas.

La ensalada espacial. Crédito de la imagen: Universidad de Adelaida.

La ensalada espacial. Crédito de la imagen: University of Adelaide.

«Hemos simulado una mezcla de seis a ocho cultivos que aportan todos los nutrientes que necesita un astronauta, que es diferente de lo que necesita la gente en la Tierra», explica el profesor Volker Hessel, director de investigación del Centro Andy Thomas de Recursos Espaciales de la Universidad de Adelaida.

«Aunque hay docenas de cultivos que pueden satisfacer las necesidades de nutrientes de un astronauta, necesitábamos encontrar los que pudieran dar la talla y aportar las calorías necesarias en porciones más pequeñas que pudieran cultivarse en un espacio reducido».

El profesor Hessel y sus colegas utilizaron los requisitos dietéticos diarios para astronautas sugeridos en un estudio de 2011 realizado por científicos de la NASA.

Crearon un modelo informático para predecir la mejor combinación de plantas para una «ensalada espacial» y tuvieron en cuenta más de cien plantas diferentes.

Seleccionaron plantas que pudieran proporcionar a un astronauta una dieta basada en plantas nutricionalmente completa y calóricamente equilibrada, y que no incluyera más masa alimentaria que la que se consume habitualmente en la Tierra.
Para pasar el corte, las plantas debían cumplir otros criterios estrictos para formar parte de la ensalada espacial.

La elección de las plantas debía limitarse a menos de diez variedades diferentes por motivos de simplicidad.

Las plantas deben cultivarse in situ mediante sistemas de cultivo espacial como la hidroponía y ocupar la menor superficie cultivada posible.

También deben utilizar la menor cantidad posible de fertilizantes para minimizar la carga útil.

El efecto de la comida en el estado de ánimo de los astronautas también era importante para el proyecto, teniendo en cuenta el color, el sabor, la textura, la frescura y el aroma.

«La comida es parte integrante de la salud y la felicidad, y hay muchos factores que contribuyen a ello», afirma Shu Liang, investigador de la Universidad de Nottingham.

«Además de los valores nutricionales y la capacidad de cultivar las plantas en el espacio, también nos fijamos en otros aspectos importantes de una dieta espacial para promover el bienestar de los astronautas, como el color, el sabor y comer juntos».

El objetivo de los investigadores es diseñar sistemas y componentes de cultivo espacial para misiones espaciales de larga duración que satisfagan las demandas nutricionales y psicológicas de los astronautas.

«Cuatro voluntarios probaron la ensalada espacial y uno concluyó que no le importaría comer esto toda la semana como astronauta», dijo Karolina Rivera-Osorio, licenciada en investigación planetaria por el City College de Nueva York, que realizó un estudio de psicología alimentaria llamado Psicología armónica de una ensalada espacial.

«La siguiente fase de la investigación consistirá en utilizar el modelado de gemelos digitales para diseñar las cámaras de crecimiento y los sistemas que puedan cultivar las cosechas».

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