Mantener el calentamiento global dentro de los 1,5 grados centígrados «no es actualmente plausible», advierte un nuevo informe de la Universidad de Hamburgo. Los cambios sociales rápidos y transformadores necesarios para alcanzar ese objetivo no se están produciendo con la suficiente rapidez.
El informe añade que un objetivo menos ambicioso de 2 C podría ser posible. Pero exigiría que los líderes mundiales fijaran objetivos climáticos más ambiciosos para sus países y los pusieran en marcha de inmediato.
El informe, conocido como «Hamburg Climate Futures Outlook», examina los factores que afectan a la capacidad del mundo para cumplir sus objetivos climáticos globales. Las naciones que participan en el acuerdo de París sobre el clima se han comprometido a mantener el calentamiento global muy por debajo de 2 C, al tiempo que se esfuerzan por alcanzar un objetivo más ambicioso de 1,5 C.
Los informes más recientes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas dejan claro que el cumplimiento de estos objetivos requiere esfuerzos mundiales inmediatos y rápidos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El umbral de 1,5 C exige que las emisiones mundiales lleguen a cero neto en 2050, advierte el IPCC, y deberían reducirse aproximadamente a la mitad en la próxima década.
Sin embargo, los estudios revelan sistemáticamente que la acción climática mundial no está siendo lo suficientemente rápida como para cumplir estos requisitos. El último informe anual de la ONU sobre la brecha de emisiones, que evalúa el progreso global hacia los objetivos de París, concluyó que las políticas climáticas actualmente en vigor en todo el mundo ni siquiera son suficientes para alcanzar el objetivo de los 2 C, por no hablar de los 1,5 C.
Tal y como están las cosas, los estudios sugieren que la humanidad podría rebasar el umbral de 1,5 C en aproximadamente una década. Aunque técnicamente todavía es posible alcanzarlo -si los líderes mundiales tomaran las medidas necesarias de inmediato-, los científicos del clima y los expertos en políticas reconocen cada vez más que probablemente no va a suceder (Climatewire, 11 de noviembre de 2022).
El nuevo informe de Hamburgo confirma esos temores.
El informe examina 10 factores sociales diferentes que pueden afectar a la capacidad del mundo para lograr una «descarbonización profunda» a tiempo para cumplir los objetivos de París. Entre ellos se incluyen la gobernanza desde la ONU, las iniciativas transnacionales, la regulación relacionada con el clima, las protestas y movimientos sociales por el clima, los litigios por el clima, las respuestas empresariales, la desinversión en combustibles fósiles, los patrones de consumo, el periodismo y la producción de conocimiento sobre el cambio climático.
El informe concluye que, a escala mundial, ninguna de ellas apoya una profunda descarbonización para 2050.
En general, la mayoría avanza en la dirección correcta. Sólo que aún no son lo suficientemente agresivas como para ser coherentes con el tipo de cambio social transformador necesario para alcanzar el objetivo de 1,5 C.
Según el informe, el periodismo ejerce una influencia ambivalente. Dependiendo de la organización de los medios, la plataforma y el encuadre de la historia, a veces promueve la acción climática y a veces la obstaculiza.
Y hay dos factores sociales que obstaculizan activamente los esfuerzos mundiales por alcanzar el 1,5 C. Se trata de las respuestas empresariales y los patrones de consumo global. El informe concluye que «la mayoría de las empresas aún no están respondiendo adecuadamente para apoyar la descarbonización».
El cambio social se ha complicado aún más por la actual pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, añade el informe.
Los bloqueos mundiales de 2020 provocaron un descenso temporal de las emisiones mundiales de carbono. Pero a medida que el mundo se reabría, los esfuerzos de recuperación destinados a reactivar la economía mundial probablemente han aumentado la dependencia mundial de los combustibles fósiles, sugiere el informe.
Las consecuencias a largo plazo de la guerra de Rusia están menos claras. Pero a los expertos les preocupa que pueda aumentar la dependencia de los combustibles fósiles en el futuro, a medida que lugares como Europa busquen sustitutos para el combustible ruso.
El informe también examina un puñado de factores climáticos físicos que podrían afectar a la velocidad del calentamiento futuro. Entre ellos se incluyen varios mecanismos de retroalimentación y puntos de inflexión en el sistema climático de la Tierra.
El permafrost, por ejemplo, es un punto de preocupación común entre los científicos del clima. A medida que la Tierra se calienta y el suelo helado de los lugares más fríos del planeta comienza a descongelarse, puede liberar a la atmósfera grandes volúmenes de dióxido de carbono y metano que calientan el clima. En teoría, estas emisiones podrían acelerar aún más el ritmo del calentamiento global.
Otros posibles factores físicos son el derretimiento de las capas de hielo de la Tierra y la disminución del hielo marino; la posible ralentización de las gigantescas corrientes oceánicas que transportan calor; y la descomposición de la poderosa selva amazónica, que almacena miles de millones de toneladas de carbono en sus árboles y suelos.
Muchos de estos factores son motivo de gran preocupación a largo plazo. Pero el informe señala que es probable que su influencia de aquí a 2050 sea relativamente pequeña.
Esto significa que los factores sociales, y no los físicos, siguen siendo los principales obstáculos para alcanzar los objetivos de París. Es otro clavo en el ataúd para el objetivo de 1,5 C, que se acerca rápidamente.
«La profunda descarbonización necesaria avanza con demasiada lentitud», afirma Anita Engels, científica social de la Universidad de Hamburgo y coautora del informe.
No todo son malas noticias. El informe señala que el objetivo de 2 C sigue siendo plausible, siempre y cuando el mundo tome medidas inmediatas para ponerse en marcha.
Mientras tanto, el informe también recomienda que los responsables políticos empiecen a hacer esfuerzos más serios para adaptarse a un mundo post-1,5 C cada vez más probable. Eso significa prepararse para un calor más intenso, niveles del mar más altos, más inseguridad alimentaria, más migraciones climáticas forzadas y más catástrofes meteorológicas y climáticas extremas.
En lugar de esperar a que llegue ese mundo, el informe subraya la importancia de planificarlo con antelación, prestando especial atención a las personas y los lugares más vulnerables del planeta.
«Para estar equipados para un mundo más cálido, tenemos que anticiparnos a los cambios, conseguir que las partes afectadas participen y aprovechar los conocimientos locales», afirmó Engels. «En lugar de limitarnos a reaccionar, tenemos que iniciar una transformación activa aquí y ahora».
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