El doctor François Lallier realizó un gran estudio sobre las experiencias cercanas a la muerte.
El médico generalista François Lallier, doctor del Hospital Universitario de Reims (Francia), realizó un estudio retrospectivo de las experiencias cercanas a la muerte para su tesis de medicina general, cuyos resultados expone en su libro Le mystère des expériences de mort iminente.
La publicación francesa Medscape le entrevistó para saber por qué el médico, que no es ni sacerdote ni místico, tomó esta decisión poco convencional, algunos dirían «atrevida».
Para estar en contacto & recibir nuestras últimas noticias
Cuando los periodistas le preguntaron de dónde había sacado François Lallier la idea de escribir una disertación sobre las experiencias cercanas a la muerte, el médico respondió que una noche de 2012, cuando cursaba el séptimo año de la carrera de medicina, estaba viendo la televisión y se encontró con un documental sobre experiencias cercanas a la muerte.
«Ya había oído hablar un poco sobre estas experiencias, el túnel y la luz, etc… Pero estudié los resultados, me dí cuenta que las concidencias entre los testimonios sobre la vivencia eran escalofriantes.
Y el hecho de que hubiera tantos científicos investigando esta experiencia también me intrigó. Me dije: «¿No sería estupendo escribir una disertación en medicina general sobre las experiencias cercanas a la muerte en los supervivientes de paradas cardíacas?» – compartió el interlocutor de la publicación.
Como resultado, el doctor en ciencias realizó un estudio retrospectivo que duró un año y medio. Durante todo este tiempo, revisó unos 300 casos de pacientes con paradas cardíacas que fueron tratados con éxito en el Hospital Universitario de Reims entre 2005 y 2012. Como resultado, se seleccionó un grupo de personas con las que el doctor quería hablar.
Desde un punto vista científico lo realmente importante en estos miles de casos es que en los casos donde hay parada cardiaca el flujo sanguíneo se detiene totalmente hacia el cerebro.
Por lo tanto, estos pacientes no deberían ser capaces de formarse, ni siquiera de tener ningún recuerdo», explicó el experto.
De los aproximadamente 300 pacientes, el médico pudo hablar con 118. El grupo estaba formado principalmente por hombres (69%), con una edad media de 54 años. La mediana del tiempo transcurrido desde su parada cardíaca era de 55 meses. El médico pidió a estas personas que respondieran a las preguntas de la escala de ECM de Grayson.
Además, recogió información sobre su nivel de educación y su posible experiencia cercana a la muerte o sus conocimientos sobre el tema. Al final, el investigador se topó con algo que nunca se había tenido en cuenta: el historial médico y quirúrgico del paciente.
Tal vez, observó, podría encontrarse una explicación en su estado de salud antes de la experiencia cercana a la muerte. Así que Lallier revisó los expedientes y anotó el historial médico y quirúrgico de cada paciente, los medicamentos que tomaba, la causa y la duración de la parada cardíaca, los métodos utilizados para reanimarlos y los medicamentos empleados durante la reanimación.
Como resultado, de las 118 personas con las que habló el médico, 18 podrían haber tenido una experiencia cercana a la muerte. Esto supone un 15,3%, lo que coincide con las cifras encontradas en la literatura. El especialista partió de la premisa de que si se trataba de una alucinación, lo más probable es que se pudiera encontrar una base psiquiátrica para ello en el historial médico de la persona, y que si estaba asociada a un ataque epiléptico, entonces este tipo de experiencia se observaría con más frecuencia en personas que sufren este trastorno neurológico.
Sin embargo, los resultados mostraron justo lo contrario. En otras palabras, las personas con antecedentes de problemas psiquiátricos o neurológicos tuvieron en realidad menos experiencias cercanas a la muerte que las que no los tenían. Mientras tanto, hubo más casos de cuasi-muerte entre las personas con antecedentes de enfermedades respiratorias, endocrinas y reumáticas. Y, en general, los pacientes que tomaban medicamentos eran menos propensos a tener una experiencia cercana a la muerte.
Una de las teorías que expuso Lallier en su disertación es que todas las personas que sufren una parada cardíaca tienen una experiencia cercana a la muerte, pero no todas la recuerdan.
Se puede decir que, en lo que respecta al cerebro, cuanto más «dañado» está debido a trastornos neurológicos o psiquiátricos, tratamientos o condiciones que alteran la memoria, menos informes de experiencias cercanas a la muerte. Esto es coherente con los resultados de que el 60% de los niños experimentan experiencias similares, en comparación con el 15-20% de los adultos.
Cuando se le preguntó que las ECM se explican a menudo por la liberación de neurotransmisores, Lallier respondió que estos argumentos se basan en las experiencias causadas por los psicodélicos. Sí, dijo el investigador, provocan sensaciones y visiones similares a las descritas por los pacientes que han vivido una experiencia cercana a la muerte: un sentimiento de amor incondicional, una visión de seres de luz. Pero sigue siendo sólo una teoría, aseguró el doctor.
«E incluso si resulta que la DMT se produce de forma natural en el cuerpo humano, esto no ‘explicará’ todo. Por ejemplo, cómo es que las experiencias cercanas a la muerte pueden ocurrir en circunstancias en las que una persona no está «cerca de la muerte», por ejemplo, en un estado de pura relajación o cuando una persona se siente completamente una con otra», dijo el doctor.
Por tanto, concluyó François Lallier, si hay un acontecimiento en la historia del paciente que pueda conducir a una experiencia cercana a la muerte, el médico debe iniciar esta conversación y llevarla a cabo sin ningún tipo de escepticismo o crítica. ¿Y quién sabe? Puede que incluso se sorprendan con lo que escuchen. Puede que incluso se les ocurran sus propias teorías sobre el fenómeno.
0 comentarios